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La perforación proporciona la mayor parte de la información para la evaluación final de un cliente potencial y determinará si el trabajo es viable. La prospección y exploración es la primera fase del ciclo de vida de una mina, seguida por el desarrollo, la extracción y, por último, el cierre y la recuperación. Estas actividades, que a menudo ocurren simultáneamente, implican la búsqueda de depósitos minerales utilizando varios métodos geológicos.
La perforación se utiliza para buscar la presencia de minerales o indicios en las rocas que puedan conducir a yacimientos de minerales. La información recopilada durante esta etapa puede o no conducir al descubrimiento de valiosos minerales. La perforación penetra profundamente en el terreno y extrae muestras de lo que encuentra a una profundidad específica. Si hay mineralización en determinados puntos muy por debajo de la superficie, la perforación puede dar una respuesta directa y puede cuantificar su presencia en una profundidad concreta.
Existen dos métodos principales de perforación de exploración: la perforación con recuperación de testigo y la perforación con circulación inversa (normalmente denominada RC). La perforación con recuperación de testigo ofrece una muestra sólida, en forma de cilindro, del terreno a una profundidad exacta. La perforación de circulación inversa (RC) ofrece una muestra triturada, con los recortes de una profundidad relativamente bien determinada en el barreno. Aparte de eso, el orificio de perforación en sí puede proporcionar más información, sobre todo si se usan dispositivos de registro para detectar anomalías físicas, similares a los estudios geofísicos mencionados anteriormente.
Para cuantificar la mineralización y definir la forma, el tamaño y el contenido de metal del yacimiento, se requiere un procedimiento detallado en las actividades de exploración. Los geólogos examinan la información disponible y, a continuación, recomiendan si es o no es necesario realizar una perforación adicional.
En la mayoría de los casos, la minería empezará con una excavación a cielo abierto, y se convertirá gradualmente en minería subterránea cuando la relación entre residuos y minerales demasiado excesiva.
Si bien la exploración nunca ha sido tan desafiante como lo es hoy, los avances tecnológicos han permitido que las tareas de perforación más arduas y repetitivas puedan superarse con confianza, en gran medida gracias al rápido progreso de los sistemas de control avanzado y la automatización. La seguridad es siempre una prioridad. Funciones como las protecciones, los bloqueos integrados y una mayor automatización para eliminar las tareas peligrosas han dado lugar a un aumento significativo de la seguridad de los operadores.
