La demolición de una construcción, que incluye la deconstrucción y el reciclaje, es una de las pocas empresas que aumentará en todos los mercados del mundo en el futuro. Cada vez más edificios, puentes y otras estructuras están llegando al final de su vida útil y, al mismo tiempo, existe una escasez general de materiales de construcción nuevos. Los vehículos y los barcos quedan obsoletos, los ordenadores y otros dispositivos electrónicos necesitan ser sustituidos por otros nuevos, pero los metales preciosos necesarios para fabricarlos son difíciles de obtener y los precios no dejan de aumentar.
Estos factores, junto con la falta de espacio para vertederos y la creciente concienciación medioambiental, han llevado a una demanda cada vez mayor de reciclaje en la construcción, eliminación de residuos y clasificación de materiales de desecho después de su uso.