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La reconstrucción ofrece nueva esperanza a las víctimas del terremoto de Japón

7 de diciembre de 2015

Se destruyeron comunidades enteras, se perdieron muchas vidas y se desplazaron a decenas de miles de personas tras una fusión nuclear. Estas fueron las terribles consecuencias del terremoto y el tsunami que golpearon el este de Japón el 11 de marzo de 2011. En la actualidad, después de casi cinco años, la región se está recuperando. M&C informa desde uno de los numerosos lugares de reconstrucción que están ofreciendo una nueva esperanza a los supervivientes.

Era media tarde y la hora punta de tráfico en el pequeño pueblo costero de Rikuzentakata todavía no había comenzado, por lo que las calles estaban tranquilas. Algunas personas estaban de camino a recoger a sus hijos del colegio, otras estaban comprando o planeando la cena.

Entonces los edificios comenzaron a temblar y, en cuestión de minutos, el pueblo fue víctima del peor terremoto de la historia de Japón.

Con un 9,0 en la escala de Richter, el terremoto generó un devastador tsunami y olas de unos 18 m de altura recorrieron los pastos y los pintorescos campos de arroz dejando un rastro de destrucción.

Al caer la noche, solo quedaban unos cuantos edificios en pie en las zonas costeras más bajas y el pueblo prácticamente había desaparecido. Durante los siguientes días y semanas, empezaron a aparecer los datos: casi 4000 casas destruidas, más de 1700 personas muertas y miles de personas sin techo y desesperadas.

No estaban solos. A unos 250 km al sur, todos observábamos con estupor a los ingenieros que intentaban salvar la central nuclear Fukushima Daiichi. El intento no tuvo éxito y se produjo una fusión nuclear, la mayor desde Chernóbil.

Numerosas comunidades a lo largo de la costa sufrieron ese día, pero es Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate, el pueblo que se ha convertido en el símbolo de esperanza y creencia en el futuro gracias a un programa de reconstrucción masivo que está comenzando ahora a dar sus frutos.

El sonido de la esperanza

El golpe sordo de la voladura de la roca casi no puede oírse, pero la capa fina de polvo que acompaña al viento del océano Pacífico desvela la ubicación: una ladera sobre lo que antes era un pueblo y ahora es prácticamente una tierra devastada.

Minutos más tarde, arrancan de nuevo los sonidos mecánicos de los equipos de perforación y de movimiento de tierra. Desde que ocurrió el desastre hace cuatro años y medio, los miles de residentes desplazados de Rikuzentakata han vivido en refugios temporales prefabricados, con poca esperanza de poder volver a casa. Ahora, gracias al proyecto de reconstrucción, ese sueño es una posibilidad real.

Se lanzó en diciembre de 2012 con un coste de 1600 millones de dólares estadounidenses. La autoridad local busca construir una comunidad completamente nueva en el emplazamiento, incluyendo casas, escuelas, hospitales, una estación de tren y un nuevo centro comercial. Además, se construirán protecciones contra el mar más altas y resistentes a lo largo de la costa. La fecha prevista para todo esto es 2019.
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