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Electrificando la minería

La revolución de los vehículos eléctricos está llegando a la minería: las máquinas más limpias no solo reducirán la huella de carbono del sector, sino que harán que los trabajadores puedan respirar más fácilmente.

En una mina subterránea, la maquinaria pesada necesaria para romper, cargar y transportar rocas genera ruido, calor y humos que pueden hacer que las condiciones de trabajo sean aún más difíciles.

 

En su mina de Atacocha en Perú, Nexa Resources está probando la nueva generación de equipos de minería que podría representar el futuro del sector. Desde enero de 2018, la empresa minera ha estado probando la pala de batería Scooptram ST7 de Epiroc, una versión eléctrica de su pala para vetas estrechas. En lugar de un rugido, el vehículo solo emite un silencioso gruñido a medida que avanza a través de los túneles fangosos de la mina. Y lo que es más importante, no hay absolutamente emisiones y apenas hay calor.

"Nunca he visto una máquina como esta… no hay contaminación y no hay gases. Resulta más cómoda para el operario y para todos los que están allí."

Operator Yordan Rojas
Scooptram Nexa Peru
Los motores diésel pueden emitir grandes cantidades de monóxido de carbono y otros contaminantes, lo que puede resultar perjudicial para la salud de los trabajadores. "El motor diésel está bastante sucio y la cantidad de humo que genera a veces nos impide trabajar", explicó el veterano de Atacocha con 14 años de experiencia.

"Una máquina limpia también mejora la productividad", añade el director de la mina, Rudy Espinoza. "Con la Scooptram diésel tenemos que esperar treinta minutos a que los gases se dispersen antes de poder enviar personal para realizar la siguiente tarea", explica el ingeniero. "Con esta máquina,

pueden ir directamente". Y el motor eléctrico parece tan potente como la versión diésel, señala

Rojas.

La única desventaja es que, a diferencia de un depósito diésel, la batería no dura un turno completo de 12 horas. Sin embargo, el cambio de la batería ha sido muy sencillo: con un puente grúa Rojas solo necesita quince minutos para quitar y reemplazar la batería.

Esta es la primera vez que uno de los vehículos eléctricos de Epiroc se ha implementado fuera de Canadá y es el primero que se usa a gran altitud (la mina de Atacocha está a más de 4000

metros sobre el nivel del mar). A diferencia de los motores diésel, los motores eléctricos no pierden capacidad en el aire enrarecido de los Andes.

 

Dadas las ventajas, Nexa quiere electrificar toda su flota minera en cinco años. El problema es que las versiones eléctricas aún no están ampliamente disponibles para la mayoría de los vehículos utilizados en la minería a cielo abierto y subterránea.

Underground Rock Excavation International Cargadoras eléctricas 2019 Historia de cliente

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