Fernanda Ramírez: Pasión por el baile y la mecánica
Capacitar es la meta laboral de Fernanda, Técnico Especialista del Área MRS, y quien es una de las mujeres que repara equipos mineros de alto tonelaje en el taller de servicio técnico de Epiroc Chile.
Fernanda es Técnico en Mantenimiento Predictivo - Mención Minería del DUOC-UC y se integró a la empresa hace un año como mecánica a cargo de la reparación de componentes y luego de Boomer, Simba y Boltec. Dice que solo le falta cubrir los equipos de la línea LHD.
¿Por qué tan “tuerca”? Fernanda dice que proviene de una familia en la que su abuelo era tornero, su papá carpintero y algunos familiares mineros. “Por eso creo que esta vocación la llevo en la sangre. Desde chica jugaba en todos lados y nunca encerrada con muñecas o maquillándome”, recuerda sin olvidar que su trabajo diario lo hace en honor a su abuelo, quien no alcanzó a verla trabajar en esto.
Fuerza de mujer
Reconoce que no ha sido fácil desempeñarse como mecánica por el gran esfuerzo físico que a veces se requiere. “En ocasiones frustra no lograr ir a la par con mis compañeros. Pero igual le pongo empeño, aplicando mi fuerza de mujer y la ayuda de ellos. Así termino lo encomendado y voy aprendiendo más”, resalta.
Sin descuidar sus tareas diarias, Fernanda admite que se da el tiempo para contribuir con el buen ambiente laboral dentro del taller. “Somos pocas las mujeres. Entonces hay que marcar la diferencia más allá de tener el pelo largo. Por eso suelo cantar, decir bromas, reirme y ser alegre”, relata.
Valora que Epiroc sea una empresa grande que se preocupa de sus trabajadores. “Más que entregar un componente o un equipo en la fecha planificada, aquí la seguridad es lo primero. Se nos hace entender que nosotros, los trabajadores, somos lo más importante, lo que no sucede en otras compañías”, señala.
Fernanda indica que además de la mecánica le gusta la pedagogía. “Es por eso que quisiera aprender cada día más y pasar de ser soporte técnico a hacer capacitaciones. Me encantaría ser una de las primeras mujeres que enseñe sobre equipos Epiroc”, confiesa.
Fuerza de mujer
Reconoce que no ha sido fácil desempeñarse como mecánica por el gran esfuerzo físico que a veces se requiere. “En ocasiones frustra no lograr ir a la par con mis compañeros. Pero igual le pongo empeño, aplicando mi fuerza de mujer y la ayuda de ellos. Así termino lo encomendado y voy aprendiendo más”, resalta.
Sin descuidar sus tareas diarias, Fernanda admite que se da el tiempo para contribuir con el buen ambiente laboral dentro del taller. “Somos pocas las mujeres. Entonces hay que marcar la diferencia más allá de tener el pelo largo. Por eso suelo cantar, decir bromas, reirme y ser alegre”, relata.
Valora que Epiroc sea una empresa grande que se preocupa de sus trabajadores. “Más que entregar un componente o un equipo en la fecha planificada, aquí la seguridad es lo primero. Se nos hace entender que nosotros, los trabajadores, somos lo más importante, lo que no sucede en otras compañías”, señala.
Fernanda indica que además de la mecánica le gusta la pedagogía. “Es por eso que quisiera aprender cada día más y pasar de ser soporte técnico a hacer capacitaciones. Me encantaría ser una de las primeras mujeres que enseñe sobre equipos Epiroc”, confiesa.
¿Y el baile?
Nacida y criada en la comuna metropolitana de San Bernardo, Fernanda destaca que su principal motivación en la vida es su hija Martina, de siete años. Con ella comparte su otra gran pasión: la danza. “Yo bailaba mucho, participaba en una academia. Luego mi profesora se independizó y me llevaba con ella a eventos. Hacíamos presentaciones de cueca, baile nortino, pascuense, y hasta tango. Me gustaba porque me permitía liberar energías y desestresarme”, precisa.
Soltera, hoy vive en Renca junto a sus padres, y comparte casi todos los fines de semana con su numerosa familia en la parcela de San Bernardo donde creció.
Fernanda anhela tener una casa con patio grande donde criar y educar a su hija, a quien prometió que cuando cumpla 10 años irán a Disney World. “Además, ella quiere ir a Paris a comer pan francés. Yo le expliqué que es igual a la marraqueta chilena, pero ella quiere probar el pan allá”, agrega sonriendo.
Nacida y criada en la comuna metropolitana de San Bernardo, Fernanda destaca que su principal motivación en la vida es su hija Martina, de siete años. Con ella comparte su otra gran pasión: la danza. “Yo bailaba mucho, participaba en una academia. Luego mi profesora se independizó y me llevaba con ella a eventos. Hacíamos presentaciones de cueca, baile nortino, pascuense, y hasta tango. Me gustaba porque me permitía liberar energías y desestresarme”, precisa.
Soltera, hoy vive en Renca junto a sus padres, y comparte casi todos los fines de semana con su numerosa familia en la parcela de San Bernardo donde creció.
Fernanda anhela tener una casa con patio grande donde criar y educar a su hija, a quien prometió que cuando cumpla 10 años irán a Disney World. “Además, ella quiere ir a Paris a comer pan francés. Yo le expliqué que es igual a la marraqueta chilena, pero ella quiere probar el pan allá”, agrega sonriendo.